A buen entendedor, pocas palabras bastan

A buen entenderor, pocas palabras bastan, es una frase que se atribuye a Plauto.

A este autor clásico se le atribuyen hasta 130 obras. Plauto usa un rico y vistoso lenguaje de nivel coloquial que no elude la obscenidad y la grosería,

Las obras de Plauto son menos refinadas y más cómicas que las griegas, añade variedad y originalidad a los temas y a los personajes con la intención siempre de hacer reír al público romano. Sus personajes son los mismos que en las comedias griegas, entre ellos vemos a jóvenes alocados y calaveras, cortesanas, traficantes de esclavos o leones, alcahuetes, flautistas, esclavos astutos que socorren a sus señores, comerciantes, viejos verdes y gruñones, parásitos, soldados fanfarrones, etc.; sus argumentos estan llenos de situaciones de enredo, engaños y confusiones; y tiene gran influencia en la literatura medieval y renacentista.

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Derramar vino, buen destino...

"Derramar vino, buen destino; derramar sal, mala señal". Este refrán posee -puede entenderse- una gran dosis de superstición, derramar vino (o champagne) es señal de abundancia, pues tiene vino y cava quien tiene abundancia, tiene un buen destino el poseedor de estos productos, y por lo tanto, se supone, aunque no debemos asegurar, ventura y prosperidad. En cambio, al mencionar la sal, pensamos enseguida en un mal presagio porque en la antigua Roma, la sal era muy escasa y de ahí viene la palabra "salario", por esto, quienes derraman sal, derraman su dinero o fortuna. La sal es un artículo de primera necesidad, quien la derrama, pierde algo básico, pues la sal sirve / servía para conservar alimentos, para dar sabor a las comidas, incluso como moneda de cambio... El refrán en realidad no tiene un sentido de presagios sino descriptor de realidades. Quien derrama el vino es porque lo tiene, tiene abundancia para costear bebidas que no son de primera necesidad; e