Los locos y los niños dicen la verdad, según el
dicho popular, es decir, los inocentes, los limpios de corazón, las
almas cristalinas, sin doble sentido y sin intencionalidad, que es lo
que da poder a la palabra, la intención es lo que hace que una palabra
valga una u otra cosa, el pensamiento aplicado a ella, porque la palabra
es manifestación del pensamiento y su expresión.
La intencionalidad marca, actualiza, realiza; bendiciones y maldiciones existen y están al cabo del día, porque son el pensamiento materializado. Pero no todas las personas tienen la misma fuerza, la misma energía, no transmiten igual su pensamiento en forma de energía positiva o negativa; de todas formas la energía que se manda a voluntad, con el pensamiento, vuelve al sitio del que partió.
Debería existir una educación siquiera básica al respecto, la sociedad ganaría bastante sabiendo la trascendencia de lo que se piensa y de lo que se actúa.
La intencionalidad marca, actualiza, realiza; bendiciones y maldiciones existen y están al cabo del día, porque son el pensamiento materializado. Pero no todas las personas tienen la misma fuerza, la misma energía, no transmiten igual su pensamiento en forma de energía positiva o negativa; de todas formas la energía que se manda a voluntad, con el pensamiento, vuelve al sitio del que partió.
Debería existir una educación siquiera básica al respecto, la sociedad ganaría bastante sabiendo la trascendencia de lo que se piensa y de lo que se actúa.