La intencionalidad marca, actualiza, realiza; bendiciones y maldiciones existen y están al cabo del día, porque son el pensamiento materializado. Pero no todas las personas tienen la misma fuerza, la misma energía, no transmiten igual su pensamiento en forma de energía positiva o negativa; de todas formas la energía que se manda a voluntad, con el pensamiento, vuelve al sitio del que partió.
Debería existir una educación siquiera básica al respecto, la sociedad ganaría bastante sabiendo la trascendencia de lo que se piensa y de lo que se actúa.