Hay quien opina que la persona que tiene delante es poseedora de "las cualidades" que a ella misma adornan, es un mecanismo psicológico que se establece en ocasiones; la persona sublima su defecto y lo atribuye a la persona que realmente lo sufre.
El refrán habla de la maledicencia por mal pensar, en un momento en que un individuo supone que lo que es característico o propio en sus actuaciones, lo va a ser también de la persona sujeto de su atención.
A lo largo de la Historia este pensamiento se ha expresado de formas varias, ya en Roma se decía algo así como que "Es malo quien presume que los demás son malos"; a partir del siglo I, la Biblia también expresa este concepto de forma análoga diciendo que es más fácil ver el propio defecto en el otro que en sí mismo: "ver la paja en el ojo ajeno y no la viga en el nuestro". Es una forma de autoengaño.