- MCarmen Calderón Berrocal Muy bien Pilar y gracias por tu energía positiva, pero al hilo de la frase que te amrtilleaba la cabeza te voy a contar algo, parecido, que sí es un refrán, ahí va: Las cuestas arriba quiero mi burro, que las cuestas abajo yo me las subo"...
MCarmen Calderón Berrocal anda que...¡¡
Pilar V. Padial ése, ése es el refrán que no acababa de recordar!! Gracias
MCarmen Calderón Berrocal jajajaj
Fundamentalmente viene a decir el refrán que proponías que ante las dificultades hay quienes no se crece; y hay quienes de lo evidente hacen una proeza.
"Derramar vino, buen destino; derramar sal, mala señal". Este refrán posee -puede entenderse- una gran dosis de superstición, derramar vino (o champagne) es señal de abundancia, pues tiene vino y cava quien tiene abundancia, tiene un buen destino el poseedor de estos productos, y por lo tanto, se supone, aunque no debemos asegurar, ventura y prosperidad. En cambio, al mencionar la sal, pensamos enseguida en un mal presagio porque en la antigua Roma, la sal era muy escasa y de ahí viene la palabra "salario", por esto, quienes derraman sal, derraman su dinero o fortuna. La sal es un artículo de primera necesidad, quien la derrama, pierde algo básico, pues la sal sirve / servía para conservar alimentos, para dar sabor a las comidas, incluso como moneda de cambio... El refrán en realidad no tiene un sentido de presagios sino descriptor de realidades. Quien derrama el vino es porque lo tiene, tiene abundancia para costear bebidas que no son de primera necesidad; e