Refrán muy antiguo como indica la terminología empleada.
Se llamaba sayo a las túnicas holgadas, poco ceñidas o sin ceñir y a cierto tipo de casaca vasta larga abotonada que solían llevar los aldeanos en la antigüedad; se utiliza la palabra también como sinónimo de vestido.
El sayo bobo era un vestido estrecho todo él abotonado que llega hasta los pies y que usaban comúnmente los actores que hacían el papel cómico en los entremeses.
El sayo de armas era el confeccionado con tela acolchada para defender el cuerpo de los golpes y las heridas en caso de enfrentamiento.
El sayo vaquero era el que cubría todo el cuerpo y se atacaba por una abertura que tiene atrás en lo que sirve de jubón. Se utilizó mucho para los niños que lo llamaban simplemente vaquero.
El refrán viene a decirnos que por avanzado que esté Marzo y parezca que la climatología se asemeja a la estación estival, no debemos confundirnos y sí saber que a esta altura del año, el tiempo se hace voluble en ocasiones.
Acompañan a este refrán otros que de forma similar describen la climatología en los primeros meses del año, como: Marzo ventoso, Abril lluvioso; cuando Marzo marcea, Abril ventéa.
De forma explícita se nos dice que no hay que confiarse y mantener la ropa de abrigo hasta el 9 de junio.